El cine le debe mucho a Alfred Hitchcock, escenas memorables, grandes obras maestras. Una de ellas sin duda es Psicosis, con un malo "de escuela": el desequilibrado Norman Bates. Es impresionante cómo Anthony Perkins supo darle empaque a semejante asesino. Con sólo una mirada y una sonrisa, transmite toda la locura, inspira temor. Otro retrato a lápiz para la lista de malvados del séptimo arte.
El resto de su carrera no estuvo a la altura de este personaje, que le marcó toda su trayectoria profesional. En lo personal, murió víctima de una neumonía complicada por el Sida en 1992, con 60 años.
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